¿Cuánto cuesta limarme el caballete de la nariz?
La giba de la nariz o vulgarmente llamado «caballete o joroba de la nariz» es una preocupación frecuente en muchos pacientes que solicitan una rinoplastia.
Debemos tener en cuenta que, cuando se reduce el dorso de la nariz, hay que adecuar el resto de estructuras de la nariz para que el resultado sea armonioso y, para ello, siempre es preciso el máximo respeto a los tejidos de la nariz para tener un buen resultado.
¿Cuánto cuesta limarme el caballete de la nariz?
Muchos pacientes piensan que esta giba puede limarse y de esta manera ya quedaría solucionado el problema. Es por ello que muchos pacientes solicitan presupuesto para limar “el caballete” como si este fuese un tema fácil de resolver.
El tratamiento de la giba nasal requiere ser cirujano y especialista en rinoplastias, pues es muy importante la valoración correcta del problema para poder ofrecer una solución correcta.
Tipos de rinoplastia para tratar la giba
Como decía, muchos pacientes que solicitan una rinoplastia quieren reducir el dorso. Esta área anatómica se extiende desde la raíz nasal hasta la punta, y está formado en su parte proximal por los huesos nasales y distalmente por la unión de los cartílagos laterales, y separando cada mitad el tabique nasal (lo que separa una fosa nasal de la otra).
Cuando tenemos una giba puede ser predominantemente ósea o de predominio cartilaginoso. En ocasiones es realmente por un exceso de tejido, y en estos casos está indicada la reducción del dorso nasal. Cuando hay un exceso de dorso nasal el tratamiento consistirá en la reducción del mismo y esto lo podemos hacer básicamente de diferentes maneras. Según como lo hagamos hablaremos de varios tipos de rinoplastia.
Rinoplastia convencional
En estos casos, tras una incisión en la mucosa nasal se despega el esqueleto osteocartilaginoso de la piel, se corta el exceso de cartílago y hueso del dorso, se fractura el hueso nasal a nivel lateral para aproximar y cerrar el dorso y se remodelan los cartílagos de la punta de la nariz. Todo ello intentando que el resultado sea lo mas armonioso posible.
A grandes rasgos, este es el tipo de rinoplastia que se realizaba antiguamente y que muchos cirujanos continuan realizando. El problema es que, por la falta de respeto de las estructuras nasales, los tejidos con el tiempo se contraen y la nariz puede adoptar un aspecto muy diferente al que estábamos buscando, dando lugar a retracciones alares, esqueletizacion del dorso, problemas respiratorios, entre otros.
Rinoplastia estructurada
Cuando realizamos una rinoplastia estructurada procedemos a la resección conservadora de los tejidos y la estabilización de las estructuras modificadas mediante la utilización de injertos y suturas internas. Es decir, que una vez abierto el dorso osteocartilaginoso, lo cerramos y lo estabilizamos mediante autoinjertos y suturas meticulosas para dar estabilidad y soporte a largo plazo de las estructuras dañadas.
Aunque esta técnica se puede realizar cerrada, habitualmente se realiza de forma abierta. Es decir, practicando un corte a nivel de la columela. A partir de ese abordaje abierto (columela y mucosa nasal), despegamos el dorso osteocartilaginoso, seccionamos los ligamentos de soporte, resecamos la porción de la giba osteocartilaginosa cuando procede, resecamos los excesos de cartílago alar si es preciso. Una vez realizado todo esto y bajo visión directa, procedemos a la reconstrucción meticulosa de todos los tejidos estabilizando mediante injertos cartilaginosos obtenidos del tabique nasal y reconstruyendo aquellos ligamentos que han sido dañados.
Rinoplastia de preservación
Este concepto de rinoplastia es todavía mas evolucionado y, como dice el nombre, preserva el máximo de tejidos posibles. El objetivo de este tipo de rinoplastia es conservar el máximo número de estructuras que dan soporte a la nariz (no lesionar ligamentos y válvulas internas de la nariz).
La preservación puede ser total o parcial (dorso, piel o cartílagos alares).
Este es el tipo de rinoplastia más avanzada y que busca resultados ideales sin destruir, evitando así la reconstrucción posterior. Es una técnica muy exigente de inicio pero con resultados muy fiables una vez se domina.
En el caso de la preservación osteocartilaginosa dorsal (es decir, sin resecar el dorso) ,conseguimos quitar la giba a través de un hundimiento controlado de la misma, tratando de forma selectiva una porción del tabique nasal y las paredes laterales bajas del hueso. Con este tipo de rinoplastia evitaremos dañar la válvula interna, evitamos la necesidad de injertos separadores y evitamos irregularidades del dorso.
Rinoplastia híbrida
Cuando realizamos una combinación de los dos últimos tipos de rinoplastia hablamos de rinoplastia hibrida. Puede ser muy útil en casos concretos como, por ejemplo, en nariz mestiza donde nos interesa reducir un dorso cartilaginoso (preservamos la válvula interna) y queremos evitar impactar el dorso óseo aunque si necesitamos limarlo o reducirlo en anchura.
Complejidad de la tratamiento de giba
Como podéis ver, la reducción del dorso nasal no es un tema tan sencillo y disponemos de varias posibilidades para solucionar problemas en apariencia similares.
Por otra parte, tampoco podemos pensar en la nariz como en un trozo de barro o «plastilina» que podemos ir modelando sin más. El dorso nasal está formado, como hemos podido ver, por diferentes estructuras que, si son tratadas de forma incorrecta, pueden dar problemas funcionales.
Para que se entienda, hay que pensar en la giba nasal como en un techo a dos aguas que presenta un refuerzo central (una pared en medio). Si cortamos la parte superior nos quedará abierta, por lo que es preciso cerrar esta zona abierta. Para cerrarlo, necesitamos que los laterales se muevan. Para esto, necesitamos romper el hueso en la parte inferior de cada lado.
En resecciones excesivas podemos encontrarnos con colapso de la parte cartilaginosa al coger aire (dorso nasal pinzado). Por ello, cuando se practica la reducción del techo del dorso nasal colocamos unos injertos cartilaginosos obtenidos del tabique nasal entre el borde anterior del tabique y el cartílago lateral con el propósito de mantener el ancho normal y así evitar este colapso (rinoplastia estructurada).
Es decir, si en una rinoplastia queremos reducir el dorso es preciso valorar todas las estructuras que forman parte de esta zona. Esto requiere tocar otras zonas además de la giba para tener un buen resultado, y todo ello requiere tener formación específica en rinoplastia.
Actualmente si queremos obtener resultados fiables en rinoplastia deberíamos acudir a cirujanos plásticos especializados en rinoplastia estructurada y en las nuevas técnicas de preservación, con lo que cuando sea posible evitaremos el daño del máximo número de tejidos para evitar también reconstrucciones mas complejas.
My Approach to Preservation Rhinoplasty Barış Çakır 1, Bülent Genç 2, Valerio Finocchi 3, Sebastian Haack 4
Comprehensive Rhinoplasty: Structural and Preservation Concepts by Sam P. Most, MD.
Preservation Rhinoplasty. Çakır Barış, Saban Yves, Daniel Rollin, Palhazi Peter (eds.).